XENTRADAS 14-15

Rosa Luxemburgo, la mujer y su entorno. Leo Jogiches

 

Autor: Pedro Aparicio Muñoz

Al escribir el artículo del pasado día 19 sobre Rosa Luxemburgo, me quedó la sensación de no haber valorado suficientemente su entorno y especialmente la influencia de Leo Jogiches, que tanto intervino en su educación y formación política, le dio seguridad afectiva y  económica y al no aceptar casarse con ella evito que se convirtiera en una madre burguesa y así emplease toda su energía en extender sus ideas.

Evidentemente no todas las mujeres polacas-rusas, no guapas y cojas, eligieron una vida de lucha y clandestinidad como futuro de vida, pero seguramente en Rosa aumentaron sus deseos de compensar esos defectos frente al común de la sociedad de su época y ese afán de superación la llevó a ser la persona que fue. También el haber nacido en el seno de una familia media facilitó que ella pudiese estudiar y mas si tenemos en cuenta que su madre era una mujer culta que ayudó en casa a su educación primaria en una época de escasez de libros. Su padre consiguió que pudiese acceder a la escuela secundaria, si bien ella tuvo que superar una dura selección. Sus opciones a la educación eran muy superiores a la media de la población polaca femenina y gracias a ello pudo ir a la universidad de Zúrich.

Si detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, aquí podemos decir que detrás de una gran mujer hay un gran hombre. Efectivamente en su vida y en su obra tiene una importancia capital Leo Jogiches, nacido en Vilna capital de la Lituania-rusa en 1867, es tres años mayor que Rosa y judío como ella. Nace en una familia de clase media, se queda huérfano siendo un niño y crece bajo la tutela de su madre que se hace cargo del negocio familiar. Tiene varios hermanos y un abuelo que mas adelante le deja una cantidad de dinero suficiente para varios años y que gestiona su hermano mayor pues Leo una vez que huye de su ciudad por la presión policial no quiere tener domicilio fijo ni nada que pueda hacer que le sigan y localicen. Es un revolucionario convencido, le gusta tener ligero equipaje y evita enraizar. Se siente atraído por una asociación (Voluntad Popular) que lucha por derrocar al zarismo y de hecho algunos exaltados de su rama radical asesinan al Zar Alejandro II en 1881. Los participantes son ejecutados y su aureola de héroes llega al alma del joven Leo y con 16 años abandona la escuela y empieza a participar con los jóvenes conspiradores del Narodnaia Volia (Voluntad Popular). Operando en la más completa clandestinidad reparte panfletos y participa en la educación política de los obreros fabriles. A los 19 años organizó el primer circulo de obreros judíos. Por colaborador en una huelga de imprenta pasó unos meses en la cárcel a los 21 años y a su salida fue alistado en el ejército y enviado a un batallón de castigo. Esto no era su objetivo y como valor y experiencia no le faltaban consiguió desertar y huir a Zúrich.

En Zúrich, Rosa y Leo, dos exiliados políticos que se mueven en los mismos ambientes, se conocen y ahí nace la relación de amor, dependencia y amistad que les unió durante el resto de sus vidas. El tiene buena presencia, pero es prepotente, solitario y con una sólida formación política y ella se enamora perdidamente de él y así permanece durante toda su vida aunque en los últimos años tiene algunos amantes ante la falta de respuesta de Leo a sus pretensiones de casarse y formar una familia estable. Leo también se enamora de ella, impresionado por su personalidad, ideales y  brillantez intelectual y se convierte en su amante, protector y maestro.

Durante los años 1890/1898, en que ambos estudian en la universidad de Zúrich, ella por convicción y él por tapadera y medio de contactar con otros disidentes, comparten habitación y Leo complementa económicamente la escasa remesas de dinero que Rosa recibe de su familia y de los artículos que escribe. No se presentan como pareja y a veces viven en habitaciones contiguas alquiladas independientemente para disimular su relación. Leo lee, corrige y completa los escritos y conferencias que ella desarrolla y así él traslada al auditorio sus propias ideas a través de Rosa, se complementan. Ambos desarrollan también una faceta editorial para divulgar libros de Marx, Engels y otros autores. Fundan la revista Sprawa y el Partido Socialista Polaco y llegan a disfrutar de una vida relajada, pero Leo no hace caso a los deseos de estabilidad que le plantea Rosa. El quiere tener el equipaje ligero.

 

Casa en Berlín de Rosa y Leo

Casa en Berlín de Rosa y Leo

    Una vez terminada su tesis en 1898 y como su vida en común no se estabiliza, Rosa se traslada a Berlín, previa boda de interés para conseguir la nacionalidad alemana, pero este distanciamiento no corta la influencia de Leo sobre el pensamiento y los escritos de Rosa y su continua correspondencia sirve de nexo. Tanto es así que Leo sigue pagando los gastos de Rosa y eso le permite alquilar una habitación luminosa con balcón y muebles dignos en vez de las viviendas en bloques masificados, oscuros y sucios en que viven los obreros en la industriosa urbe. Periódicamente se reúnen y pasan vacaciones juntos. Cuando Rosa se estabiliza profesional y económicamente  como corresponsal de varios periódicos y revistas a partir de su creciente valoración dentro del SPD, vuelve a insistirle a Leo para formar una familia e incluso se lo participa a su padre el cual lo valora positivamente y como Leo aún posee un capital interesante pues le pide que adelante la dote para usarla en casar a su hermana mayor, socialmente se casaban por orden de edad y como no tenía dote su hermana mayor seguía soltera y ya pasaba de los 35 años.

    En enero de 1905 y a consecuencia del domingo sangriento de San Petersburgo se produce una explosión revolucionaria en Rusia que se extiende a los territorios polacos y ahí, en Varsovia, vuelven a coincidir Leo y Rosa, manteniendo la pantomima de su no vida en pareja y alquilan habitaciones separadas, si bien cuando la policía los localiza y detiene los encuentra en la misma habitación en posición embarazosa. Ella sale pronto de la cárcel y se encarga a través de una amiga común de facilitarle comida y ayuda a Leo que como desertor tiene más cuentas pendientes con la justicia.

Desde su llegada a Berlín encuentra el apoyo de Karl Kautsky, conocido dirigente del SPD y continuista teórico de las ideas de Carlos Marx, amistad que dura hasta pasado 1910 en que la postura de Rosa se extrema, pero  mantiene su íntima amistad con su mujer, Luise, no consta que sea algo más que afecto. Leo sigue pilotando y revisando sus escritos a través de la correspondencia y ella tiene un par de amantes, uno de ellos le ayuda a olvidar la influencia de Leo y la rejuvenece dado que es quince años más joven que ella. Cuando en uno de los encuentros políticos con Leo se lo cuenta, este se derrumba y ella abandona a su amante y vuelven a vivir juntos en 1909. Ella vuelve a sentir el control de Leo pero ya no necesita su soporte y  los sentimientos han variado, además su independencia económica también relaja la dependencia.

Cuando tanto ella como Liebknecht fundan el partido espartaquista en 1914 al desligarse del SPD, por no negarse los socialdemócratas a aprobar los presupuestos para la guerra , Leo está en Rusia  enfrascado en su pelea con Lenin para intentar que las ideas de este se aproximen a las del SPD, previas a la guerra, cuando se suponía que la fraternidad obrera de la Internacional Socialista evitarían la guerra entre hermanos proletarios.

En 1916 cuando Rosa y Liebknecht son encarcelados, Rosa apela a Leo para que se haga cargo del partido espartaquista y él acepta. Terminada la guerra en noviembre son inmediatamente liberados y cuando dos meses después ambos son asesinados,  Leo lucha con todas sus fuerzas por que se haga justicia y escribe un articulo relatando lo sucedido la noche del 15 de enero y rebelando el nombre de los partícipes. Hubo un juicio y el soldado que había golpeado a Rosa fue encarcelado pero el 10 de marzo Leo es detenido y ese mismo día muere asesinado.

Rosa Luxemburgo, habría deseado ser esposa y madre  y eso habría consumido parte de las energías que dedico a cumplir sus objetivos políticos y revolucionarios. Ser mujer y judía no le ayudaba pero el apoyo de Leo Jogiches le dio seguridad económica y afectiva y el haber nacido en una familia culta y sin necesidades económicas también le evitó tener como prioridad el subsistir. Leo la dirigió en línea con su propia visión de la vida e impidió en un par de ocasiones que aceptase la dirección de dos periódicos, la quería libre pero bajo su control.

 

 

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