LA OCASION PERDIDA

En la imagen se encuentran reunidos los reyes de Noruega, Bulgaria, Portugal, Alemania, Grecia, Bélgica, España, Inglaterra y Dinamarca.
Autor: Pedro Aparicio Muñoz
La muerte de Eduardo VII en mayo de 1910, reunió en Londres con motivo de su funeral a la mayor concentración de monarcas europeos de la historia; 9 reyes y una lista casi interminable de personalidades de todo el mundo. La histórica fotografía muestra la reunión de los nueve reyes en el Palacio de Buckingham para el funeral del rey británico.
De izquierda a derecha, de pie están: Haakon VII de Noruega , Fernando I de Bulgaria, Manuel II de Portugal, Guillermo II de Alemania , Jorge I de Grecia y Alberto I de Bélgica. Sentados en la primera fila aparecen: Alfonso XIII de España , Jorge V (de extraordinario parecido con su primo Nicolás II de Rusia, con quien intercambiaba papeles cuando éste le visitaba en Inglaterra) hijo y sucesor del difunto y Federico VIII de Dinamarca.
Eduardo VII era conocido como el “tío de Europa”, por estar emparentado con prácticamente todos los monarcas europeos. Por ejemplo el emperador alemán Guillermo II de Alemania, el zar Nicolás II de Rusia, el rey Alfonso XIII de España y Carlos Eduardo, Duque de Sajonia-Coburgo-Gotha, eran sobrinos de Eduardo.
El entierro fue la ocasión perdida para evitar la Gran Guerra y eso demuestra como la Europa tranquila de la Belle Epoque estaba ajena a los riesgos que acechaban en el horizonte. El asesinato cuatro años después, del también asistente al funeral, el Archiduque de Austria, Francisco Fernando, fue el detonante que inició La Gran Matanza, derrumbando muchas dinastías reales de Europa.
En los cuatro años que separan las muertes del Rey Eduardo y la de Archiduque de Austria, se fueron generando muchas tensiones debidas al imperialismo creciente de Alemania y fricciones con los imperios ya consolidados francés e inglés, complementadas con las disputas y competiciones navales con Gran Bretaña. También los nacientes nacionalismos recién incorporados y los aún latentes dentro de los Imperios Austro-Húngaro y al Enfermo Turco, generaron conflictos continuados y que terminaron en guerra abierta como: Guerra Italo-Turca de 1911/12 y las dos guerras de los Balcanes 1910/12.
Este caldo de cultivo y las alianzas defensivas entre los países, estuvieron en el origen del estallido mundial. Tal es así que si Austria hubiese invadido Serbia, inmediatamente después del asesinato del heredero, seguramente la guerra habría sido limitada como las antes indicadas. El mes de espera entre el asesinato y el fracaso del ultimátum, dio tiempo a las movilizaciones, cartas de amenazas preventivas, puesta en pie de las alianzas y en consecuencia hicieron inevitable el conflicto, a pesar de los lazos familiares que aparentemente protegían la estabilidad.
1 Comentario
He modificado el artículo en el sentido de corregir unalista casi …, separando las dos palabras: una lista casi….; también he añadido los nombres que faltaban y que corresponden al Káiser Guillermo II y a Jorge I de Grecia.