“Dispara, yo ya estoy muerto”
Recomendación de lectura
“ A veces el mal está en los ojos del que mira y no en lo que ve”
Acabo de leer el libro de Julia Navarro de “DISPARA, YO YA ESTOY MUERTO” y me ha resultado interesante, aunque no carente de críticas.
La historia comienza con un encuentro entre Marian Miller, miembro de una ONG que ha sido enviada a Israel para investigar sobre los territorios ocupados, y Ezequiel Zucher, un anciano judío, padre de la persona con la que tenía que entrevistarse Marian y que es la cabeza pensante de la política de ocupación.
Así como si se tratara de un enorme puzle en el que encajar muchas y complejas piezas, el viejo Ezequiel le va relatando a Marian la historia de su familia, mientras que ella le ofrecerá la versión árabe.
Empieza con Samuel, judío ruso, que sufrirá los pogromos en su patria natal y que se verá obligado a huir. Con él iremos visitando París, Londres… hasta llegar a Palestina, dónde conoce a Ahmed Ziad con el que establecerá unos lazos de amistad que sólo serán rotos por la muerte.
“La verdadera patria de los hombres es la infancia, y en la tuya habitaban Wädi y su familia, los Ziad. La vida os ha colocado en bandos opuestos y ambos habéis sido leales a vuestra causa, él lo sabe y tu también, pero ni siquiera el haber combatido en bandos diferentes te ha llevado a considerarle tu enemigo. Estais unidos por lazos que ni él ni tu podréis romper por más que os empeñéis”
A lo largo de las generaciones se va viviendo la vida de estas dos familias y veremos lo complicado de la situación de convivencia de las dos religiones, muy dañada desde antes del holocausto originado en la Europa invadida por los nazis.
Nos introduce la autora en la historia de Oriente Próximo, desde finales del XIX hasta mediados del XX, con una gran humanidad de sus personajes, los cuales se entremezclan con momentos claves de la historia, y en dónde no falta intriga, espionaje, amor y traición, asesinatos, violencia, lealtad…
Analiza el conflicto palestino-israelí desde una perspectiva bastante neutral. La intolerancia que se vive en Palestina por el simple hecho de creer en dioses distintos y dónde las circunstancias vencen sobre los lazos de amistad, algo triste pero bastante cierto por desgracia. Con un gran respeto hacia las dos partes ensalzando el valor de la amistad y el honor
-“¿Crees que algún día árabes y judíos podremos volver a vivir juntos? Le preguntó Aya mientras se secaba las lagrimas?
-Sólo cuando haya tantos muertos que resulte insoportable una muerte más. Entonces los hombres se sentaran a hablar.”
Hay momentos a lo largo de la lectura que se hace más lenta su narración y resulta algo pesada, pero cuando acabas necesitas un tiempo de reflexión para poder asimilarla.
También nos relata cómo las grandes potencias se inmiscuyeron con la solución “salomónica” de dividir Palestina en dos sin tener en cuenta la historia real y como los supervivientes del holocausto se convirtieron en un problema para los aliados y como los palestinos tuvieron que hacer frente a una invasión de su territorio y nadie los ayudó.
Se encuentra alguna crítica dónde se acusa a la autora de un esquema de narración caduco y acartonado, con grandes similitudes con sus dos últimas novelas y que no ha hecho el menor esfuerzo por cambiarlo o al menos “modernizarlo”. Aunque esto ya os toca a vosotros juzgarlo.
Y acabo con otra frase del libro que me ha encantado y también da que pensar:
“El padre es el techo, la madre el suelo, y cuando ambos desaparecen uno siente que también ha iniciado la cuenta atrás y que ya no tiene sujeción alguna, quedando suspendido en el aire”
3 Comentarios
Lo que he leído de Julia Navarro me ha gustado y aunque no entraba en mis planes, a corto plazo, leer este libro es posible que me lo replantee a la vista de tu artículo.
El problema en Palestina viene, en mi opinión, de la Declaración Balfour, poco después de terminada la 1ª Guerra Mundial, en agradecimiento de la participación de judíos junto a los ingleses en la guerra.
Pasaron los años sin materializarla, a pesar de l fuerte influencia e los grupos de presión judíos del mundo y nuevamente estos participaron en la 2ª Guerra Mundial como soldados y lamentablemente como carne de exterminio.
Ante el genocidio, visitar Auswichz-Bierquenau es tremendo, surge un sentimiento entre los aliados de culpabilidad y el intento de reparar tato mal como ha soportado el pueblo judío, se resuelve mal como la mayoría de la creación de la nuevas naciones nacidas en eso años. Todo Oriente Medio es actualmente un hervidero de guerras e inestabilidad
La solución ahora es muy complicada y se encona con el paso del tiempo, por un lado una nación razonablemente rica y a su lado miserables campamentos de refugiados y regímenes inestables en los países vecinos; amén de luchas internas y corrupción dentro de las distintas facciones palestinas.
Esperemos que quienes pueden, acierten en beneficio de todos
Como tantas personas, mi toma de postura ante el conflicto palestino-israelí ha ido cambiando una y otra vez. Reconozco las causas desencadenantes del mismo, así como la torpe solución que se ensayó sin éxito. Pero no encuentro una salida política al atolladero actual. Quizás la novela de Julia Navarro apunte hacia algo que me interesa: la necesidad imperante de una reorientación moral en las personas, como único modo de abrir nuevas vías ante problemas políticos y sociales irresolubles con los parámetros éticos actuales. Hay un interesantísimo, y no muy conocido filósofo lituano-francés contemporáneo, que ayuda a pensar sobre estos asuntos: Emmanuel Levinas.
El denomina Siglo de la Violencia, comenzó con las denominadas Guerras “menores” (como si cualquier guerra no fuese un desastre en sí misma), como la de os Bóxer de 1900, la Ruso-Japonesa de 1905 que incluso llevó a la Guardia Cosaca a disparar contra el pueblo en San Petersburgo, Italo-Turca de 1911 por Libia, dos guerras balcánicas entre búlgaros, serbios, turcos y griegos en 1912/13…..después las bestialidades de las dos guerras mundiales que nos dejaron dos exterminios dentro y fuera de los frentes y cuando con la creación de la ONU parecía que todo se iba a calmar.
Pues bien la descolonización de los imperios francés y sobre todo inglés nos regaron con guerras locales como las tres indo-paquistaníes 1965/71; Afganistán, Indochina….. Para , volviendo al escenario del libro de Julia Navarro, recordar La guerra civil libanesa de 1975/89; la guerra del Canal de Suez con participación varia (1956), res Árabe-israelís en 1948, 1967 y 1973.
Dejando de pasada la guerra Irán-Irak, genocidios por cuestión religiosa y étnica en el Zaire entre tutsis y hutus….
Las opciones de futuro, como decía en mi anterior comentario, son complicadas y necesitarán líderes adecuados y mucha generosidad de todos los partícipes y de sus apoyos.
MUY COMPLICADO