HumanidadesLiteraturaXENTRADAS 14-15

Escritores Extraordinarios: Johann Cristian Friedrich Hölderlin (1770-1843)

220px-Hoelderlin_1792Hölderlin, nació el 20 de marzo de 1770 en Lauffen (Würtemberg). Su padre, Heinrich Fiedrich, jurista y funcionario del duque Karl Eugen, administraba las fincas que pertenecieron a un monasterio en aquella zona norte del Ducado, cercana al río Neckar. Su madre, Johanna Cristina, procedía de una familia de pastores protestantes.

El padre murió a los dos años de nacer el futuro poeta; en 1774 su madre volvió a casarse, esta vez con el alcalde de Nürtingen, que también murió pronto.

La experiencia vital de la infancia quedó marcada por aquel entorno familiar.

Creció entre mujeres viudas y de talante poco expansivo: su madre, su abuela y su tía.

Tuvo una incurable nostalgia de la figura paterna (manifestada en la exagerada admiración, mezclada de rechazo, que sintió por Schiller).

Solo sobrevivieron dos hermanos: María Eleonora, confidente cariñosa y Karl, también amigo y destinatario de cartas reveladoras.

El Ducado de Würtemberg era uno de los 300 minúsculos estados postfeudales en que se dividía entonces la actual Alemania.

Dentro de aquel fragmentarismo de tipo feudal, la Reforma luterana tuvo una influencia decisiva. Concentró en los principes el poder temporal y el eclesiástico.

Así, el duque Ulbrich de Würtemberg, cuando introdujo la reforma en su territorio, en 1534, se ocupó de preparar un clero adicto y bien controlado.

La casta de párrocos se multiplicó y reforzó con unas características:

Sumisión a las normas, intensa vida de estudio y piedad intimista.

El pietismo había marcado la espiritualidad de Würtemberg durante el S. XVIII. Sus métodos de examen de conciencia y análisis de emociones y sentimientos, influyeron en la incipiente cultura burguesa de la época.

La madre del poeta decidió desde el principio, sin contar con él, destinarle al sacerdocio.

Disfrutó toda su vida del capital dejado por su primer marido (que correspondía al hijo desde su mayoría de edad) administrándolo y condicionando su disfrute, a su aceptación de un puesto como párroco. Esto representará un dilema en su vida, por un lado la gran dependencia afectiva y respetuosa hacia la madre, y por otro manteniendo a toda costa la opción por la carrera literaria.

Desde los seis a los trece años asistió a la escuela de Nürtingen, de alto nivel en la enseñanza de las lenguas clásicas.

Pasó entonces un examen selectivo en la capital, Stuttgart, con notas máximas en latín, dialéctica y retórica (a su compañero Hegel le suspendieron tres veces). Esto le valió el ingreso en la escuela monástica de Denkendorf, primer escalón para la profesión de párroco, era 1784.

Estas “Klosterschulen” duraron desde el S.XVI hasta el XX.

Impartían una enseñanza muy selecta y gratuita, a cambio del compromiso de dedicarse a una parroquia protestante y de obedecer a la autoridad civil y eclesiástica del Duque.

Hölderlin estudió en Denkendorf hasta 1786.

Las ordenanzas eran muy severas. El niño desarrolló una gran vida interior que desembocaría tempranamente en la creación poética.

Entre 1786 y 1788 estudió en Maulbronn, en un régimen algo más flexible, y que valora sus primeros pasos como escritor.

En estos dos años, expresa ya dudas sobre la vocación impuesta por su madre. Deseaba ser jurista, carrera compatible con la libertad de un escritor.

Pudo comprobar que su madre nunca iba a respetar su autonomía: para obligarle a ser pastor, le impediría el acceso a la legítima herencia paterna, con diversos subterfugios legales y sicológicos; herencia que le hubiera permitido vivir como escritor independiente, cambiando el curso de su destino.

La vocación literaria le empuja hacia sus maestros:

Chistian Friedrich Schubart (1739-1791), estimuló en el joven poeta la conciencia revolucionaria, ya antes de la Revolución Francesa.

Friedrich Klopstok (1724-1803), fue uno de sus principales modelos: su enorme prestigio, su innovadora concepción de anunciar verdades sublimes, sus convicciones religiosas cercanas al pietismo, sus odas de inspiración pindárica (que influyeron en Goethe,Novalis y Rilke) marcaron el inicio de su primera madurez.

Friedrich Schiller (1760-1805), solo diez años mayor que él, de gran capacidad creadora, acercó a Hölderlin a la realidad y la lucha por la emancipación de la burguesía.

El “Tübinger Stift”, seminario teológico suabo, ya había pasado su mejor época. En los cinco años de estancia de Hölderlin recibe allí el impacto histórico de la Revolución Francesa; en una primera etapa 1789-1792, predomina la visión teórica; en 1792-1793 se vive una radicalización e intentos de acción política en el alumnado.

La Revolución Francesa, la teoría de la ciencia “ de  Fichte y el “Wilhelm Meister” de Goethe, son las máximas tendencias de la época.

Entre los nacidos en la generación en torno a 1769-1770, como Hölderlin están gigantes como Beethoven, Napoleón y Hegel.

A pesar de la represión del Duque, Hölderlin y sus compañeros publican sus creaciones prevaleciendo las de Schiller sobre los demás.

En la posada “EL cordero”, a orillas del río Neckar, discuten, leen y cantan (por ejemplo el Himno “a la alegría” de Schiller, que incorporaría Beethoven a su novena sinfonía). Para Hölderlin la música es importante, toca la flauta y el piano.

Junto a la vida literaria aparece un amor que compensa la tiranía de la madre y el rigor del Ducado y el Seminario. La hija del rector, Elise Lebrel, “Lyda” en sus poemas idealistas.

Pero a pesar de su reconocida belleza varonil, no es el partido que ella desea y recupera su libertad.

La filosofía para Hölderlin es el gran instrumento de libertad.

En sus pensamientos bullía la búsqueda de la unidad, de la reconciliación (que arranca de las traumáticas vivencias familiares).

Convive con Hegel y con el joven genio Schelling, en el mismo cuarto y entre los tres van desarrollando los gérmenes de la futura filosofía idealista, partiendo de la “Crítica de la razón pura” de Kant. “Sobre la enseñanza de Spinoza en cartas a Moses Mendelsohn”, le lleva a evolucionar hacia el panteísmo monístico de Spinoza. La fórmula griega: “Hen kai Pan” (Uno y Todo) resume su personal amalgama de doctrinas filosóficas y espirituales: la “sustancia” de Spinoza y las “monadas” de Leibniz;  la modalidad pietista de unión del hombre con Dios; e incluso la concepción del amor de Schiller. Por otra parte, J.J. Rouseau (modelo para Kant, Goethe y otros) ofrece a los jóvenes el modelo “intelectual” capaz de inspirar un cambio histórico tan decisivo como la Revolución Francesa.

La antigüedad griega constituye, junto con la filosofía, una base esencial para su creación posterior.

Traduce a Píndaro, Sófocles…

Irá gestando las diferentes versiones del “Hiperión” y el “Empédocles”.

Desearía visitar esas tierras, pero la realidad política hace imposible el sueño.

Hölderlin forjó una imagen muy original de lo griego, por su carácter visionario. Le atraía la primera época, la del nacimiento de la tragedia y de la épica, y su religiosidad intuitiva y sensible, apta para celebrar el esplendor de una naturaleza divinizada.

Surge la primera etapa como preceptor (1793-1795).

Charlotte von Kalb (1761.1843) estaba presente en la vida literaria alemana, como escritora. Madre de su alumno, le facilitó entrevistas con Herder, Goethe y Schiller, en las cercanas Weimar y Jena.

Fue un año muy denso y enriquecedor para Hölderlin.

Su tarea de profesor (prestigiada por la pedagogía de Rouseau) le ocupaba solo una parte de la jornada.

Su tiempo libre lo dedica al estudio, a la creación y a dar largas caminatas.

Lee “Ideas para la filosofía de la historia de la humanidad” de Herder; “Sobre la gracia y la dignidad” de Schiller con su distinción de “alma bella y “alma sublime”; profundizó en Platón releyendo el “Fedro”; también releyó el “Emilio” de Rouseau; intensificó su relación con Schiller rayana en la dependencia emocional.

En este ambiente surge un nuevo amor.

Wilhelmine Kirms, dama de compañía de Charlotte von Kalb, atractiva y culta viuda de veintidós años. En julio de 1794, Wilhelmine daría a luz una hija natural. En enero de 1795, Hölderlin es despedido, con tres meses de sueldo y la posibilidad de instalarse en Jena.

La niña muere al poco de nacer y este capítulo queda cerrado.

Se instala en Jena, en cuya universidad brillaba Fichte.

Hölderlin, poeta ante todo pero también pensador original, es el primero en la historia de la filosofía alemana en dar pasos desde el idealismo subjetivo de Fichte hacia el panteísmo de Spinoza; y también en desplazar la especulación intelectual hacia el ámbito de lo estético.

Según él, ni el pensamiento abstracto ni la acción se unifican con sujeto y objeto: la integración solo es posible en el arte.

Hoy sabemos que un texto muy importante, caligrafiado por Hegel y con el estilo de Schelling, “El más antiguo programa sistemático del idealismo alemán”, están las bases elaboradas por Hölderlin, que partía de la idea de Belleza platónica, en la que confluyen verdad y bondad.

A fines de mayo de 1795, marcha de Jena hacia la casa materna, hay muchas argumentaciones al respecto.

Después de un verano y un otoño sumido en el desaliento y la confusión, junto a su madre que no aceptaba su vocación literaria y le privaba de la herencia paterna, su nueva etapa como preceptor va a imprimir un giro prometedor a su vida.

Recalará en la mansión de los Gontard, en Frankfurt, centro de de negocios y una de las ciudades más prósperas de Alemania. Llega desencantado ante la historia de Francia.

Su maduración creadora emprenderá nuevos rumbos, cada vez más lejos de la abstracción idealista. Practica la métrica antigua griega y se concentra en el “Hiperión”.

El encuentro con la madre de su nuevo pupilo, Henry, le anuncia una inesperada plenitud.

Susette Borkenstein había nacido en Hamburgo en 1769. Cuando el poeta la conoce, es madre de un varón y de tres niñas, a los veintiséis años. Ella conoce de antemano una copia del “Fragmento del Hiperión”. Así que, cuando se presenta como preceptor, el 31 de diciembre de 1795, la sincronicidad entre ellos ya existía

A las pocas semanas, el enamoramiento se consolida.

Ella resulta ser para el poeta la encarnación de sus ideales.

El destino regala al poeta unos meses de casi absoluta intimidad con Susette.

Al singular idilio parece aludir el poema siguiente;

 ¡Concededme un verano, sólo uno, oh poderosos!
…Una vez por lo menos, habré vivido igual
que los dioses, y más no será necesario.

 Pero el regreso a la realidad se impone.

Padece solapadas humillaciones, por parte de su patrón, decepción por la conducta de los ejércitos franceses, separación de Susette que ejerce de anfitriona y donde él está excluido.

Solo le que la amistad, el ejercicio de la filosofía y la poesía.

Rouseau, es un modelo definitivo para aquella Europa del SXVIII. Recupera a su amigo Hegel que estaba en Suiza haciendo de preceptor. Trabajan en la superación del subjetivismo de Fichte.

Los casi tres años pasados en Frankfurt le aportan su máxima experiencia amorosa, una considerable plenitud como escritor, el enriquecimiento de su amistad con Hegel y un seguimiento doloroso de la historia de Francia.

En septiembre de 1798, ante una ofensa del banquero, se marchó de la casa sin despedirse.

Su correspondencia con Susette transmite la intensidad trágica de un amor de tipo romántico, vivido en una sociedad casi feudal y en un ambiente literario aún anclado en el clasicismo.

La etapa de Frankfurt termina con una brusca crisis, que inicia el descenso del poeta a los infiernos.

Sus amigos se alejan de él, Goethe y Schiller no serán capaces de de comprender sus vislumbres geniales.

Hölderlin, en el umbral del Romanticismo, no pleitea, no rapta, no se rebela. Su grandeza de alma le lleva a persistir en la creación de una obra decisiva, a pesar de todos los obstáculos. Hasta que, pocos años después, su salud se quiebre ante el exceso de sufrimiento.

Desde el 15 de septiembre de 1806 al 3 de mayo de 1807 permaneció en un sanatorio privado. Era el primer enfermo mental que entraba allí. En un cuarto fortificado con barrotes de madera, se encerró al que calificaron de “loco furioso”. El médico lo licenció a los ocho meses “calmado” o destrozado…

El carpintero Zimmer, culto y conocedor de la obra del poeta, le alojaría en una de las habitaciones de su casa que alquilaba a estudiantes.

En el piso alto de de una torreta a orillas del río Neckar, pasaría los últimos treinta y seis años de su vida (desde el 4 de mayo de 1807, hasta el 7 de junio de 1843).

 300px-HölderlinturmTübingen

Si desde lejos…

Si desde lejos, puesto que estamos separados,
Aún me reconoces; si el pasado,
Oh compañero de mis sufrimientos,
significa algo bueno para ti,
entonces dime ¿cómo te esperará tu amiga?
¿en aquellos jardines donde nos encontrábamos
tras aquel espantoso, oscuro tiempo?
Aquí, junto a los ríos del sagrado trasmundo.

He de decirlo, había algo muy bueno
en tus miradas cuando, desde lejos,
te volviste, sereno, una vez más,
oh tú, tan reservado, y de aspecto sombrío.

¿De qué modo fluyeron las horas, cómo pudo
permanecer callada mi alma ante la verdad
de estar de tal manera separada?
Oh, sí, lo confesaba: yo era tuya.

 ¡Es cierto! Igual que tú deseas recordarme
todo lo que sabemos, y escribírmelo
en cartas, me apetece a mi también
decir nuestro pasado, todo entero.

¿Era primavera? ¿Verano? Con su dulce
canción, el ruiseñor vivía entre los pájaros,
en la espesura, cerca de nosotros; los árboles
nos envolvían con su aroma.

Lo singular de esta oda es que está puesta en boca de un sujeto poético femenino (Diótima).

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admin

1 Comentario

  1. Chus ojosnegros
    10 | mayo | 2014 13:56 — Responder

    Carmen; Holderling, era para mi, hasta hace dos meses un perfecto desconocido; el profesor Corchado lo presentó a mi vida y me interesé por él, después leí su Hiperion, y con el relato de su vida que tú dibujas, redondeo a este personaje tan interior, cuya poesía sube y baja, entre la exuberancia hasta el sombrío espacio. Siempre tiene rasgos de excelente creador .¡ Qué tormento estar encerrado, por razones tan injustas.!
    Algunos personajes maravillosos lo han sido, a pesar de lo que los rodeó.

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